Escudo






  • El escudo de armas de Santa Ana de los Ríos de Cuenca es el símbolo heráldico que representa a la ciudad y el cantón. En el escudo que señala a Cuenca, Hurtado de Mendoza hace reminiscencia de lo que le es más querido y venerado: traslada a él, por así decirlo, las cadenas y las plateadas hojas de álamo o panelas que exornan sus propios blasones, y de los de uno de sus más preclaros ascendientes arranca también la divisa nobiliaria para ponerla como lema de los de Cuenca.
  • La ciudad descansa sobre eslabones irrompibles atados por un nudo fuerte que nadie podrá deshacer. La una cadena que viene desde arriba, desde la izquierda, representa la fe que sostiene a la población, la otra es símbolo de la honradez que recibimos en herencia de espíritu. Los otros dos lazos de hierro de la parte inferior vinculan al trabajo que ennoblece como ciudadanos al mismo tiempo que sujetan al deber, es decir, al imperativo cívico y cada una de estas cadenas, que ligan, tiene un punto céntrico que nos atrae, la Patria. El amor a la Patria está simbolizado en el escudo por la argolla inquebrantable que une los eslabones, tal como ata a sus hijos en un ideal; en una aspiración de engrandecimiento. La corona es símbolo que sólo ostentan las ciudades. Hurtado de Mendoza mandó a fundar a Cuenca como ciudad, no como villa.
  • Los leones rampantes significan el valor, las panelas de plata significan hojas de álamo, por la abundancia de álamos que existían en la Cuenca española. Los árboles y el agua significan la abundancia de vegetación y de ríos en el valle donde fue fundada Santa Ana de los Ríos de Cuenca. La leyenda «Primero Dios y después Vos», es tomada del Marqués de Santillana, pariente de Hurtado de Mendoza, quien usó en sus divisas la leyenda «Dios e Vos» hoy transformada en «Primero Dios y después Vos». La palabra Vos se refiere a la Virgen María.

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